Nueva Zelanda… Intercambio… son probablemente las palabras que jamás se borraran de mi mente y corazón. Desde fines de Septiembre hasta mediados de Diciembre tuve la suerte de tener una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida junto con una de mis mejores amigas. Partimos el 27 de Septiembre desde Concepción para llegar a Santiago para despegar solas en un avión rumbo a una nueva vida… a Auckland. Íbamos muy nerviosas y cada vez que el mapa del avión mostraba lo cerca que estábamos a cada rato nos mirábamos nos poníamos a imaginar cómo seria, como serian las familias, si llevábamos todos los papeles. En el momento en que el piloto dijo ‘prepararse para el aterrizaje’ mi corazón salto, me puse nerviosa pero ansiosa osea después de todo era lo que habíamos esperado por UN AÑO! Llegamos a Auckland y nos estaba esperando uno de los miembros de Discovery con un letrero que salía ‘XPLORA CHILE’ no podía estar más emocionada… nos llevaron a un hotel porque llegamos a las 4 AM hora local de allá y nosotras dijimos que íbamos a llegar a dormir pero no, nos metimos al computador para avisar a Chile que ya habíamos llegado después tratamos de dormir un poco pero no resulto mucho después nos duchamos y nos cambiamos de ropa (fue hermoso ducharse!
Y sacarse el viaje) y después bajamos a tomar desayuno donde nos estaba esperando otra miembro de Discovery quien nos hiso una pre-orientación y luego nos llevo a un city tour por Auckland. Había mucho viento, viento que nos acompañaría hasta que volviéramos a Chile. Cada una se fue a su casa y por mi parte mi familia me recibió como nunca pensé lo harían, con una abrazo y una bienvenida demasiado acogedora, me llevaron a mi pieza y me dijeron que desempacara y que luego subiera. Cuando subí en la mesa había unos pastelitos y puras cosas ricas y una taza de té. Nos sentamos a conversar, me hicieron muchas preguntas acerca mi país y desde el momento en que los vi me sentí en mi casa nunca sentí haber estado en otra casa siempre fue nuestra casa. La palabra ‘intercambio’ es conocer nuevas culturas etc.. y para mi suerte en mi primera casa tuve una hermana de Taiwan y una semana antes que me fuera llego una de Tailandia. Unique fue nuestro colegio por 2 semanas, digo ‘nuestro’ porque mi amiga, la Ale, también estaba conmigo.
EN nuestro curso había muchos asiáticos, un ruso y un chileno aparte de nosotras. Lo pasamos genial, después de clases nos íbamos a tomar un café al Starbucks si hacia frio o un helado si hacía calor. Con la Ale éramos 100% independientes con un simple mensaje avisando donde estaríamos a cada familia y a qué hora íbamos a llegar y hacíamos lo que quisiéramos. Así pasaron las dos semanas y empezamos a hacer maletas para partir al aeropuerto para una nueva familia en un nuevo lugar con nuevas personas y nuevo colegio. Llegamos a Christchurch, donde sin duda tuve los mejores momentos, necesitaría un libro para escribir todo con lujo de detalle.
